Detrás de un
presente existe un pasado que es el que quiero comentar, cuando era niño existían
cosas muy diferentes a la que hoy existen, los niños teníamos muchas
iniciativas para los juegos, los teníamos que inventar todo aunque eran juegos
muy sencillos pero bonitos. Como jugar a piola, al polimacho, a las cajas de
cerillas, al trompo. Aquellos juegos eran inolvidables, ahora los juegos no son
imaginativos, son técnicamente más bonitos pero todo lo dan hecho y pierden sus
encantos.
Hoylos niños no se ven por las calles porque no tienen tiempo libre, sus padres no
se acuerdan cuando ellos eran niños y yo pregunto ¿cuándo un niño deja de serlo?
A los diez años, doce o quince; creo que el niño hasta los quince es todavía un
niño y tiene el derecho a jugar. Los juegos forman parte de su cultura,
desarrollo, inteligencia y educar sus manos aparte.
Que
jueguen con ordenadores y videos lo veo bien, que antes ningún niño tenía una
bicicleta; tienen coches teledirigidos lo veo bien; pero padres, un niño que
juega se pierde la inocencia y eso es muy importante para su preparación como
hombre, esa es mi opinión. ¡Dejar que los niños jueguen!.
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